Esta obra fue erigida el 17 de marzo de 2005, siendo Martín Lagares el escultor y Carlos Pérez-Orta Rubia el alcalde en aquel momento.
Se encuentra entre la Plaza de la Constitución y la Parroquia de San Sebastián, y se hizo en honor a la tradicional Danza de los Palos, que rinde homenaje a la Virgen de la Blanca.
En cuanto a la vegetación, solamente rodean la escultura varios rosales.